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Os esperamos para seguir buscando respuestas y, sobre todo, para seguir haciéndonos preguntas.
LA AVENTURA DEL PENSAMIENTO
Textos recogidos del libro "49 RESPUESTAS A LA AVENTURA DEL PENSAMIENTO"
de Eduardo Pérez de Carrera publicados por el Aventurero.
Presentación
Un grupo de amigos hemos decidido poner en la red el libro, “49 RESPUESTAS A LA AVENTURA DEL PENSAMIENTO”, porque creemos que es especial. Su autor, Eduardo Pérez de Carrera, nos sugiere a lo largo de sus páginas nuevas formas de percibir nuestra vida, de entender la Historia, de interpretar la realidad que nos rodea. Nuestro propósito es convertir este sitio en un espacio abierto de reflexión donde tengan cabida todos los comentarios que se nos hagan llegar sobre lo que a cada cuál le sugieran o le hagan sentir los párrafos del libro. Nosotros nos limitamos a publicar cada quince días un nuevo párrafo y a invitaros a que participéis.
Páginas
29 sept 2012
24 sept 2012
Texto 4.9
4.9 “Tengo un saco de silencio de mis
primeros viajes por la frontera del tiempo, esa línea indefinible en la que
cada hombre es sí mismo, donde la pureza se convierte en vocación y sale de su
escondrijo el misterio arcánico del amor”
COMENTARIO DEL AVENTURERO
Desde la práctica del arte, uno siente
que hay momentos en los que el tiempo desaparece, como si uno y el transcurso
del tiempo se uniesen en comunión, o como si hubiésemos dejado de competir con Cronos.
Estos momentos extraordinarios están claramente diferenciados de los otros
porque el nivel de concentración es muy profundo y la manera en la que el pensamiento
transcurre es muy diferente al habitual en otras actividades.
Es la sensación de traspasar algo y de un
extraño funcionamiento del pensamiento.
Es la activación de nuestra parte derecha
del cerebro, asociada a la actividad no relacionada con la lógica.
Los científicos saben que estamos
utilizando un 6% de nuestra capacidad cerebral y que hay grandes espacios en
nuestra mente que están por descubrir. También saben que nuestra sociedad fomenta
el uso del hemisferio izquierdo del cerebro, verbal, racional, relacionado con el
lenguaje, los números, la secuencialidad y el transcurso lineal del tiempo. Y
que el hemisferio derecho, relacionado con lo analógico, la intuición y lo no
racional, se coloca siempre en una postura de apoyo.
Tratamos de desarrollar nuestras
capacidades, pero siempre desde un férreo sistema que solo contempla aquellas
que son útiles para perpetuar un estado de las cosas, para conservar un sistema
mental y social que impone actitudes y fomenta intenciones que no siempre están
relacionadas con la pureza y el amor.
¿Estamos realmente dispuestos a descubrir
esos grandes y nuevos espacios de nuestra mente?, ¿desde que intención y de que
forma queremos conquistarlos?
¿Tendrá que ver el destino del ser humano
con llegar a desarrollar todas sus potencias, con llegar a ser sí mismo?
La frontera del tiempo debe ser un lugar al
límite del relato y de la razón en el que tal vez la actividad del cerebro alcanza
su máxima potencia. Un lugar en el que el espacio no se curva porque no hay
densidad ni acumulación energética y por tanto la velocidad es muy alta. Tal
vez un infinito. Un lugar en el que todo es un devenir.
Y en ese lugar es donde la pureza y el
amor se expresan. La pureza entendida como equilibrio y desarrollo de la
virtud. El amor como actitud relacionada con los sentidos, más allá de la
necesidad y la supervivencia.
Es desde esta actitud de amor a partir de
la pureza desde donde podemos preguntarnos por las fronteras, explorar y
descubrir nuevos espacios y traspasar líneas que aún desconocemos. Porque la
sociedad crece y evoluciona de esta manera, a pesar de que nos tratan de
convencer de que la lucha y la competitividad son el motor de la evolución del
ser humano.
17 sept 2012
Texto 4.8
4.8 "Cada forma energética tiene sus letras, sus sonidos, sus colores, sus dibujos mágicos, sus sonidos esenciales, sus movimientos modélicos y sus ritmos, y su voluntad y su destino como dones y ofrendas sagrados que deben iluminar el camino hacia el espíritu"
COMENTARIO DEL AVENTURERO
Al aprender la disciplina del cante, a uno le enseñan que la pronunciación de las consonantes es una cuestión física del sonido provocado por el choque de musculaturas mientras que la realización del sonido vocálico es una cuestión más personal, una forma de recorrer y expulsar el aire, que algunos dicen, transporta el alma.
El cuerpo humano tiene un 70% de su contenido en agua y como defendió el científico Masaru Emoto, el modo en que estas partículas cristalizan depende de la información que llega del medio ambiente.
Hace mucho que químicos y físicos saben que las moléculas, en definitiva partículas, y ondas, no reaccionan igual independientemente de la morfología del medio en que se encuentran.
Cada persona tiene unos biorritmos diferentes: el corazón late a una velocidad particular, las proteínas se sintetizan siguiendo un ritmo determinado y las células crecen con una rapidez concreta. Pero aunque cada humano sea distinto, todos los pueblos tienen unos rasgos determinados y puede que esa sea la razón de todos estos cantes y bailes tradicionales, característicos de cada pueblo y que interaccionan mediante una serie de movimientos, sonidos y colores con el cuerpo, de una manera en particular.
Puede que tanto los bailes tradicionales, como el lenguaje se hayan creado para cada pueblo buscando algo, o puede que sea casualidad; pero quizás si tomamos en consideración lo que dijo el señor Emoto y siguiéramos el rastro de nuestros hábitos culturales, encontráramos algún que otro indicio para nuevos hallazgos médicos
COMENTARIO DEL AVENTURERO
Al aprender la disciplina del cante, a uno le enseñan que la pronunciación de las consonantes es una cuestión física del sonido provocado por el choque de musculaturas mientras que la realización del sonido vocálico es una cuestión más personal, una forma de recorrer y expulsar el aire, que algunos dicen, transporta el alma.
El cuerpo humano tiene un 70% de su contenido en agua y como defendió el científico Masaru Emoto, el modo en que estas partículas cristalizan depende de la información que llega del medio ambiente.
Hace mucho que químicos y físicos saben que las moléculas, en definitiva partículas, y ondas, no reaccionan igual independientemente de la morfología del medio en que se encuentran.
Cada persona tiene unos biorritmos diferentes: el corazón late a una velocidad particular, las proteínas se sintetizan siguiendo un ritmo determinado y las células crecen con una rapidez concreta. Pero aunque cada humano sea distinto, todos los pueblos tienen unos rasgos determinados y puede que esa sea la razón de todos estos cantes y bailes tradicionales, característicos de cada pueblo y que interaccionan mediante una serie de movimientos, sonidos y colores con el cuerpo, de una manera en particular.
Puede que tanto los bailes tradicionales, como el lenguaje se hayan creado para cada pueblo buscando algo, o puede que sea casualidad; pero quizás si tomamos en consideración lo que dijo el señor Emoto y siguiéramos el rastro de nuestros hábitos culturales, encontráramos algún que otro indicio para nuevos hallazgos médicos
9 sept 2012
Texto 4.7
4.7 Ulises tapó los oídos de tantos navegantes, que puede que en algún momento se cansen de cantar las sirenas por falta de público; y mientras tanto los charlatanes, bañados por la saliva sobrante de una multitud estática y errante, predican en play back secuencias que ya eran antiguas en los tiempos de las razas.
COMENTARIO DEL AVENTURERO
COMENTARIO DEL AVENTURERO
La palabra, y el idioma como forma consensuada de entendimiento parece
facilitar las relaciones entre los seres humanos, posibilitando aquello que
denominamos; comunicación. Pero hay un matiz del idioma que nos desgasta
lentamente hasta convertir el idioma en una recreación de nuestra razón, y ese
matiz son nuestras obsesiones o ruido mental. Un ruido construido por las
millones de rodadas sobre los mismos circuitos neuronales. Estos circuitos
viciados, desde la verbalización constante en nuestra cabeza, hacen del uso del
idioma una camisa de fuerza para nuestra creatividad. Nos contamos cientos y
cientos de veces lo que ya sabemos, esta rutina que conforma el ruido mental y
que llega en oleadas a nuestro cerebro no solo es fruto de una dificultad para
dejar el vació en el que se pueda asentar algo nuevo, sino que está bien indizada
desde el poder para aturdir nuestra capacidad de libertad.
Somos bombardeados una y otra vez con mensajes
contradictorios, se vende la autosuficiencia (falta de dependencia), al mismo
tiempo que no sabemos ni cambiar una rueda, arreglar un enchufe o saber
cultivar un tomate. Se nos vende la cultura y la educación y no sabemos
distinguir un cuadro bueno de uno mediocre ni distinguir a un artista de un
impostor. Sin embargo nos hacen creer que dominamos todas las disciplinas
porque tenemos Wikipedia y que las distancias entre los seres humanos se han
desvanecido porque tenemos facebook. Pero en lo profundo sabemos que no es
verdad y lejos de clarificarnos nos empiezan a aflorar sensaciones
contradictorias sobre lo que día a día nos encontramos alrededor, ¿Realmente
quiero trabajar? -Si cada rato en
el trabajo estoy pensando en salir de él-
¿Es amor lo que siento o me lo estoy inventando? ¿Y tengo que vivir
con mi pareja y tener hijos y pagar una hipoteca?
Mientras todo esto sucede nos van metiendo el medio en el cuerpo,
miedo a no cruzar por el paso de cebra, miedo a no pagar los impuestos, miedo a
no ejercer ese derecho tan maravilloso como el de votar, miedo a no saber
inglés, miedo a no tener una casa, a no tener pareja…. miedo .Con este
soniquete mental vamos enmarañando nuestra capacidad heroica de cambio y
empezamos a generar pequeñas rutinas mentales desde las que creemos que
conocemos todo lo que nos puede pasar, y además, hemos definido como va ser nuestro futuro. De esta forma nos
adocenamos nosotros a nosotros mismos constantemente, para controlar los miedos
que nos han y hemos ido generando.
Es obvio que no hay mejor rehén que el que no quiere escapar de sus
captores.
Hay que desentrañar los miedos impuestos para
dejar de ser manipulables. Hay que fomentar la capacidad de análisis y la
capacidad sensitiva para romper la monotonía. Hay que liberar nuestra propia
capacidad idiomática para identificar las trampas que el modelo nos vende y así
dejar de ser cómplice inocente de sus fechorías. Hay que dar un nuevo sentido a
la palabras, por ejemplo bienestar, sí vemos claro que dicha
palabra no implica lo mismo hace tres siglos que ahora, debemos comprender que
no podemos otorgarle el máximo valor al concepto actual de bienestar o nunca
transformaríamos esa situación. Sin embargo nos venden el bienestar como una
situación concreta estipulada a conseguir en la cual si YO tengo casa, tele,
coche y vacaciones en la playa las cosas van bien aunque al lado se esté
muriendo alguien porqué ha dejado o nunca fue útil. Mientras no desenmascaremos
a las palabras de las connotaciones impuestas, nosotros mismos perpetuaremos en
muchas situaciones el modelo aún sin ser conscientes. El valor del lenguaje
debe entroncarse con una búsqueda y así conceder nuevas posibilidades a nuestra ya
vieja realidad.
2 sept 2012
Texto 4.6
4.6 Y reflexionando más en el funcionamiento propio, verá cómo esas
pinturas van cambiando de forma, y ello conduce a que se valoren los
significados en la medida de su incidencia en el esquema de las necesidades o
los deseos. Desafortunadamente este mundo cambiante choca con un modelo
comunicativo basado en la estabilidad de los significados únicos, y lo que en
principio parecían sendas de apertura se van convirtiendo en caminos de uso
frecuentado, de mirada trazada y de paisajes de cartón, con sonrisas provistas
de velos decorados que tapan aquello que no debe ser visto.
COMENTARIO DEL AVENTURERO
¿El lenguaje es sólo un catálogo
inmutable del saber heredado?, algo así como el arca donde se guardan todas las
adquisiciones logradas.
1 sept 2012
NOTA DEL AVENTURERO
Para dar un nuevo aire y con la vuelta del verano hemos decidido hacer una serie de cambios que están por llegar... El primero de los cuales serán los tiempos: a partir de septiembre publicamos los domingos.. Nos vemos mañana!
15 jul 2012
Texto 4.5
4.5 Parece indudable que cada idioma define
fonéticamente, e incluso ideológicamente, una visión distinta del mundo
aparencial, pero también de la poesía, el ritmo y del movimiento y de tantos
otros matices de la conducta. Pero cualquiera que lo analice deducirá que, más
allá de la explicación sintética del diccionario, cada persona tiene su propio
idioma, porque cada significación vive en un ideograma distinto y toda palabra
desarrolla el dibujo de un pictograma único en cada cerebro.
COMENTARIO DEL AVENTURERO
¿Utilizamos el
idioma para comunicarnos o para ponernos de acuerdo?
Si yo hablo de
“amor”, el que me escucha quizá entienda lo que pretendo expresar, pero lo que
recibirá de mis palabras son los estímulos de su propia experiencia con el
amor.
Nuestro
idioma, de alguna manera, traduce nuestra experiencia, y nuestra experiencia es
única. Sin embargo, en vez de potenciar la propia experiencia a través del
idioma o el idioma a través de la experiencia, lo que hacemos es justo lo
contrario. Nos pasamos la mitad de la vida (año arriba año abajo) intentando
consensuar lo que cada uno entiende por “amor”. Intentamos ponernos de acuerdo
porque necesitamos que el otro vea las cosas como nosotros. Necesitamos
cómplices de nuestra realidad para que ésta se convierta en algo, efectivamente,
real. Porque lo que está sólo en uno, por lo visto, no es fiable. Y finalmente
conformamos la realidad según el número de adeptos.
¿Por qué nos
da miedo asumir que somos únicos?
Porque nos da
miedo estar equivocados en nuestras percepciones, nos da miedo estar locos, nos
da miedo estar aislados en una visión que, aparentemente, nadie más comparte.
Quizá porque esa soledad implique descubrir que los caminos a recorrer son
individuales y sólo podemos recorrerlos nosotros. Solos.
¿Pero no es
mejor caminar solos guiándonos a través de nuestra propia experiencia, que
caminar en masa guiados por una ficción consensuada?
Y de repente
parece que el mundo existe tal y como lo conocemos porque todos nos hemos
puesto de acuerdo en que el mundo existe tal y como lo conocemos. ¿Pero y si
todos viéramos el mundo de otra manera? ¿Y si diéramos el paso de transformar
lo que vemos sin necesidad de ser secundados por nuestro entorno? ¿Qué
empezaríamos a ver si dejáramos de intentar unificar nuestras experiencias?
¿Qué pasaría
si nos liberáramos de este agónico y
acogedor cautiverio?