3.20 "Mientras, el mundo está preñado de futuro, pero tiene el rito metido en el retorno de la sangre; pero alientan los sueños en las membranas de sus células y en los cauces de sus ríos; pero acechan los frailes para taponar con cera los oídos de los distraídos; pero brilla la frecuencia del cuarzo violeta, deteniendo la despedida del Sol; pero espían mil sacristanes, mil políticos y un economista debajo de las sombras de las gentes; pero velan millones de artistas, rezando la llegada de las musas, aun cuando muchos ahuyenten con agua y ceniza los gritos del estómago; pero las dos Lunas quieren juntar su fuerza para liberar el presente; pero la doctrina acecha escondida en el lenguaje ordinario del intelecto, en espera de que alguien proteja de los males, erigiéndose en ángel guardián de las manzanas de un conocimiento que ni siquiera probó; pero en los ojos de la Tierra se puede leer que el hombre es un ser subjetivo, con señales que descubren el camino hacia su identidad superior."
COMENTARIO DEL AVENTURERO
Mientras todo esto sucede, vivimos como si fuéramos espectadores de una realidad que creemos objetiva. Con la resignación alimentada por el mensaje político, religioso y doctrinario, que parece alejarnos intencionadamente de nuestra subjetividad como seres humanos individuales.
Y desde esa resignación, esperamos que alguien nos saque de esta ficción consensuada, porque en el fondo intuimos que estamos atrapados en una identidad inferior que nos impide admirar la maravilla de nuestro universo único y de acercarnos a entender el universo único de los demás.
Quizá debamos descifrar la señales para facilitar que esas dos lunas se junten, y nos muestren el camino más allá de la dualidad en la que vivimos sumergidos. Pero para eso hay que tener el valor de mirar a la Tierra a los ojos.
Textos recogidos del libro "49 RESPUESTAS A LA AVENTURA DEL PENSAMIENTO"
de Eduardo Pérez de Carrera publicados por el Aventurero.
Presentación
Un grupo de amigos hemos decidido poner en la red el libro, “49 RESPUESTAS A LA AVENTURA DEL PENSAMIENTO”, porque creemos que es especial. Su autor, Eduardo Pérez de Carrera, nos sugiere a lo largo de sus páginas nuevas formas de percibir nuestra vida, de entender la Historia, de interpretar la realidad que nos rodea. Nuestro propósito es convertir este sitio en un espacio abierto de reflexión donde tengan cabida todos los comentarios que se nos hagan llegar sobre lo que a cada cuál le sugieran o le hagan sentir los párrafos del libro. Nosotros nos limitamos a publicar cada quince días un nuevo párrafo y a invitaros a que participéis.
Páginas
15 abr 2012
1 abr 2012
Texto 3.19
3.19 Una esfera de
agua que rueda subiendo por el monte de los siete campanarios es uno de los
símbolos de la Alquimia; representa la combinación múltiple, el estado
poliforme, la ruptura de un mundo uniforme trazado sobre el deber la deuda y
la utilidad, y contrario a la interacción y a la inteligencia.
COMENTARIO DEL AVENTURERO
Una esfera de agua subiendo por una
pendiente. Lo más contrario a la lógica cientifista que uno puede imaginar. Un auténtico
disparate, pero ¿acaso será verdad que no hay nada imposible? ¿Que nada es lo
que parece? Concebimos un mundo uniforme de seres uniformes y separados por
fronteras evidentes a los sentidos. Solos en una inmensidad. ¿Será posible que
las cosas no sean tan así? ¿Cual es la realidad en este mundo confuso en el que
nada es lo que parece?
Tenemos la sensación de vivir solos en
un mundo inhóspito, separados de los demás y del mundo que nos rodea. ¿Es eso
así o sólo es apariencia? La física ya nos dice que nuestros cuerpos no acaban
en la frontera de nuestra piel sino que se extiende más allá. ¿Hasta donde? No
se sabe. Pero si la energía puede viajar hasta el infinito, ¿sería tan extraño
pensar en cruces energéticos de cada uno con todos los demás?
El sentido del deber deriva de la moral, que divide el
mundo entre culpables e inocentes, ambos igual de cómplices en el mantenimiento
del modelo. La moral impone conductas y actitudes habitualmente contrarias a la
inteligencia. Ésta, aburrida y sometida, se entrega a la sinrazón de una moral
incomprensible. El hombre entra en un mundo plano que niega todo aquello que
los sentidos no perciben.
Una moral dogmática y carente de sentido
profundo conduce al hombre hacia el utilitarismo. Si la moral está vacía y no
apunta al infinito, todo pierde sentido excepto el sálvese quien pueda. El encumbramiento del ego. Todas las
capacidades puestas al servicio de la maximización de la propia utilidad. El
utilitarismo hace al otro aparecer como el obstáculo para el logro del propio bienestar. Los otros son los
competidores para la consecución de nuestros objetivos. Como en la tradición
bíblica, el hermano convertido en enemigo mortal.