1.5 "Cuentan las leyendas de los Maoríes en Nueva Zelanda, o los Taraumaras americanos, o los ritos helénicos, o la tradición bíblica judeocristiana, que un gigante, una diosa serpiente, un titán rebelde o un hombre justo -puede que una mezcla alquímica de todo ello- guardaron en un arca todo cuanto de valor existía antes de que poblara la Tierra esta Humanidad. Quizás una pequeña parte del contenido de ese arca haya sido revelado y transformado en tecnología, lenguaje y arte, pero parece que los arcanos no descubiertos y las deudas no saldadas de tantas vidas pasadas y aun futuras están condicionando la zona de consciencia que hoy, en forma genética y ambigua, determina lo que se ha convenido en denominar realidad presente".
COMENTARIO
Hay mitos, testimonios muy similares en todas las culturas ancestrales, de una época antigua en la que los hombres llegaron a conocer los secretos de los dioses y quisieron ser como ellos. Y los dioses, celosos, temerosos o decepcionados de los hombres, castigaron su soberbia sepultándolos bajo las aguas.
Cuentan también estos mitos que unos pocos elegidos fueron avisados de la catástrofe y salvaron en un arca los conocimientos que la provocaron, a la espera de una nueva oportunidad. Y estos elegidos, cuando la Tierra fue de nuevo habitable, encontraron a los supervivientes y, poco a poco, les regalaron el fuego, el trigo, el hierro, la música y la palabra.
Y ahí estamos. Utilizando el fuego para forjar armas de hierro y empleando la música para adornar las mentiras que decimos sobre el trigo. Acumulando deudas en definitiva, las propias, por lo que podríamos hacer y no hacemos, las que nos dejaron, por todo aquello que no se hizo, y las que dejarán los que nos sigan, si no son capaces de asumir y redimir el pasado.
Porque, si fuera cierto que nada se pierda, si fuera cierto que en el genoma se graba todo, allí debe estar toda nuestra historia, allí debe encontrarse el recuerdo de aquellos arcanos que nos fueron revelados. Allí debe estar, incluso, el contenido completo del arca o, al menos, los indicios y las capacidades para encontrarlo.
Textos recogidos del libro "49 RESPUESTAS A LA AVENTURA DEL PENSAMIENTO"
de Eduardo Pérez de Carrera publicados por el Aventurero.
Presentación
Un grupo de amigos hemos decidido poner en la red el libro, “49 RESPUESTAS A LA AVENTURA DEL PENSAMIENTO”, porque creemos que es especial. Su autor, Eduardo Pérez de Carrera, nos sugiere a lo largo de sus páginas nuevas formas de percibir nuestra vida, de entender la Historia, de interpretar la realidad que nos rodea. Nuestro propósito es convertir este sitio en un espacio abierto de reflexión donde tengan cabida todos los comentarios que se nos hagan llegar sobre lo que a cada cuál le sugieran o le hagan sentir los párrafos del libro. Nosotros nos limitamos a publicar cada quince días un nuevo párrafo y a invitaros a que participéis.
34 comentarios:
A El Aventurero (Pequeña observación no para publicar).
¿Habéis contrastado con el autor si donde se lee "genética y ambigua" no estará siendo un error de imprenta? La lógica parece pedir "genérica".
!Qué párrafo tan apasionante y esperanzador! No tiene desperdicio.
Por ejemplo: "todo cuanto de valor existía fué guardado en un arca antes de que poblara la tierra esta humanidad "
Cuando era niña, sólo conocía un arca: el misterioso arcón de la abuela que llevaba incrustadas pequeñas piezas de nácar y al que todos mirábamos fascinados, pues de él salieron los regalos más insólitos. Siempre permanecía cerrado con llave.
-Abuela....¿Qué guardas con tanto sigilo en el arca?
-Joyas....decía ella...y están reservadas para vosotros. Pero sólo os serán dadas cuando tengáis la edad apropiada para utilizarlas bien.
De allí salieron la fascinante muñeca de porcelana antigua vestida de encajes, el primer reloj del bisabuelo, las maravillosas sábanas de lino bordadas a mano etc...
Con el tiempo descubrí que existía un arca aún más preciosa que la de la abuela. También contenía joyas, llamadas esta vez arcanos.Como la anterior, deberíamos esperar a ser merecedores para obtenerlas, pero esta vez parece ser que, tendríamos que abrirla en parte nosotros.
Y, ¿Dónde estarán las llaves? Pues a lo mejor como dice la canción, en el fondo del mar Matarile, rile, rile...
Aparece pues un guardián, Matariel, que por cierto, no sé si es ángel o arcángel. Y resulta que hay un ángel Matariel que está relacionado con las lluvias.....¿Tendría él algo que ver con el famoso diluvio, tradición universal de la que Noé, Deucalión Peirún...(idénticos personajes que simbolizan todos ellos, el progenitor de una nueva raza) sobrevivieron?
Lo que sí que está claro es que esta humanidad aparece después de un cataclismo en el verdadero sentido de la palabra, ésto es, producido por el agua.
Y, ¿qué pasó con la anterior humanidad? ¿Pudiera ser que estuviera haciendo mal uso de algún arcano destapado, enojando así al ángel de las lluvias?
Perdonad por tanta elucubración, pero a veces no puedo evitarlo. En realidad, como dice el autor en otra parte del libro, el arca era un barco venido del misterioso océano, que albergaba un cargamento de prodigiosas herramientas que debían ser utilizadas progresivamente a medida que el adepto iba sieno merecedor.
Ciñéndome a lo descubierto por esta humanidad, me pregunto: ¿qué uso estamos haciendo de ello ?
El lenguaje, por ejemplo, ¿podríamos llegar a empobrecerlo, cuando palabras cada una con su matiz diferente como fantástico, maravilloso, espléndido, fenomenal,....empiezan a ser sustituidas por términos como "guay"? ¿Y las lenguas que han desaparecido, no serían todas ellas necesarias para el enriquecimiento de este arcano?
En fin, confiemos que esta humanidad no cabree de nuevo al ángel de las lluvias, pues no me gustaría que tuviera que pasar por un segundo "chaparrón".
Como dice Anónima, este párrafo no tiene desperdicio. Está lleno de pistas y sugerencias apasionantes. No puedo resistirme a hacer un rápido repaso.
1. Que diversas leyendas y tradiciones ancestrales hablan de que hubo al menos una Humanidad anterior a la actual. Que, al menos, una parte de esa Humanidad conocía muchas cosas que la nuestra aún ignora, y que decidieron guardarlas ¿en un sitio concreto, un arca? para que no se perdieran.
El paso de esa Humanidad a la nuestra, ¿fue una regresión o un avance? Quienes guardaron todo aquello para la posterioridad, ¿confiaban más en el buen uso que hiciéramos la actual que en el de sus congéneres o, quizás, hubo una Ley superior que forzó ese paso?
2. Que una pequeña parte de esos arcanos le han sido revelados a esta Humanidad.
¿Por quiénes? ¿Hay personas que, a lo largo de la Historia, han asumido la Misión de “tutelar” el desarrollo de esta Humanidad, con el fin de ir revelando esos arcanos, esos conocimientos, o destapando las capacidades para acceder a ellos, a medida en que fuéramos estando preparados para ello? ¿Nuestra Misión sería, entonces, la de irnos preparando para recibir mas?
Como nota curiosa, la Ciencia habla de la existencia de seres humanos desde hace más de dos millones de años sin apenas cambios en su vida y, “de repente”, desde hace quizás unos 100.000 años surgió el lenguaje, el arte, la tecnología, la agricultura, la escritura. Esta “eclosión” sigue siendo un misterio.
3. Que, además de esos arcanos aún no descubiertos, lo que determina nuestra forma de percibir la realidad presente son “las deudas no saldadas de tantas vidas pasadas y aun futuras”
¿Sugiere el autor que nuestra evolución colectiva depende de que saldemos esas deudas? Se entiende que las deudas de “tantas vidas pasadas” pudieran residir, al menos en parte, en nuestra genética pero ¿y las deudas de las vidas futuras? ¿Dónde residen? ¿Por qué el autor las llama “deudas”? ¿Son deudas por no completarnos plenamente, por no realizar toda la potencialidad que llevamos dentro? Eso ayudaría a entender el sentido de nuestra Misión.
4. Que lo que condiciona esos arcanos por descubrir y esas deudas no saldadas, sería una zona determinada de nuestra consciencia que es la que utilizamos para determinar lo que denominamos como realidad presente.
¿Sugiere el autor que hay otras zonas de nuestra consciencia no condicionadas por esos arcanos y esas deudas? ¿Esas zonas están operativas en nosotros o, para acceder a ellas, tenemos que aprender a utilizar adecuadamente la zona de nuestra consciencia que empleamos habitualmente?
5. Que la zona de nuestra consciencia con la que percibimos la realidad presente viene determinada “en forma genética y ambigua”.
¿Sugiere el autor que, a medida en que seamos capaces de ir utilizando mejor esa zona de nuestra consciencia, iremos modificando nuestra genética? ¿Por qué habla ahí de “ambigüedad”?
En fin, cada frase es un mundo de sugerencias que abren más y más interrogantes. Espero que otros compañeros de este foro me ayuden a desarrollar más todo esto.
El utilizar un arca como contenedor de “todo cuanto de valor existía antes de que poblara la Tierra esta Humanidad” es evidentemente un símbolo.
Pero ....¿es exclusivamente un símbolo, o tiene además algún componente material? Yo me aventuro a pensar que este componente material existe. Que este componente material está dentro de cada uno de nosotros. Que está en cada una de nuestras células. Que está en el ADN. Y, concretamente, en la porción del ADN que despectivamente llaman algunos el ADN basura.
Que en las distintas porciones de este ADN están en forma “durmiente” los arcanos no descubiertos. Arcanos que se irán descubriendo cuando se activen las correspondientes porciones del ADN.
La idea de que el arca y sus arcanos puedan estar dentro de nosotros me parece muy interesante. Que cuando un arcano se revela, no creo que sea un regalo que una entidad superior nos hace. Creo que un arcano se revela cuando nosotros mismos, como resultado de nuestro comportamiento y de nuestro trabajo, nos hacemos dignos de ello.
He oído, en algún foro o conversación, que “estamos en el mejor de los momentos o sociedad posibles”. La verdad es que no tengo capacidad para asumir tal afirmación, pero cada día lo voy entendiendo un poco más, aunque siga con la misma capacidad.
Me baso en lo siguiente,
Cuando se empezaron a montar los molinillos de viento para producir energía eólica, hubo miles de aves, grandes y pequeñas que murieron, por no tener incorporado en sus costumbres, ¿genes? estas trampas que el hombre les ponía (sin un comentario de los ecologistas), pues bien, es curioso que cada vez haya menos pájaros muertos, no sé si esto tendrá que ver con la “experiencia de los muertos que les precedieron” pero lo cierto es que poco a poco están aprendiendo a no volar por ciertos sitios, o a lo mejor es que ya vivieron en otra épocas mas antiguas situaciones similares.
Parece ser que la “derrota” (a través del agua) de la Diosa serpiente junto con la de los Titanes, marcó el final de una cultura basada en el matriarcado. Quiero entender, sin conocer, que este tipo de “derrotas” son necesarias para la evolución de la Tierra con todo lo que en ella ha vivido, vive y vivirá.
Sea como sea, me resulta fascinante imaginar como, un Gigante una Diosa y un Titán personajes de otras épocas ¿neolítico? o edades prehistóricas, pudieran unir la humanidad que desaparecía con la que se iba a formar, la nuestra. Es posible que a lo mejor el Adán 1º ó 3º al que hacíamos referencia en los comentarios del primer punto del libro sea aún más antepasado.
Pero esta imagen que nos sugiere el libro del Gigante, la Diosa y el Titán, o una mezcal alquimica de ambos, me resulta, aunque no sea así, como la parte ¿física o material?, de la herencia, es decir, sería la parte que nos proporcionara el alimento, pero faltaría la parte, posiblemente más importante en nuestra dieta diaria, esa energía que nos envuelve, no se si junto con el oxigeno, que llamamos prana. Y es en éste punto donde creo que se unen todas las épocas, edades, humanidades, etc., con la nuestra y con las que tengan que venir.
Es posible, que cuando respiro y tamizo o filtro a través de mi estado toda la información que me llega, empiece mi responsabilidad por lo que vierto con mi expiración de nuevo a ese prana, entiendo que de ahí la necesidad de quitar trabas, deudas, en definitiva, de limpiar los rastros que me llegan y facilitar el camino de esta humanidad y de las que sean, porque en este punto sigo con mi poco conocimiento.
Dice una de las revistas de Ananda,
El hombre cuando descubre algo cree que inventa y no sabe que todo esta inventado desde el final.
Cuenta la historiografía científica moderna, que así como el hombre de la era cosmogónica actual quiso guardar y mostrar ideas y conocimientos en una urna ermética echada a volar hacia el universo con la intención de transmitir quienes somos y que sabemos,o más bien quienes fuimos y qué supimos, así debe haber sucedido con nuestros antepasados en cada momento culminante de sus respectivas civilizaciones. Una de las pruebas está en los libros, otra en los rastros sensibles y tecnológicos, otra en la memoria genética, o en la más común memoria oral transmitida en forma de cuentos y leyendas. Tambien comenta la historiografía científica, que el hombre sabio siempre ha ocultado aquellos conocimientos que suponía pudieran ser mal comprendidos, o peor utilizados, por la(s) siguiente(s) generación(es). Desde ese punto de vista, dice la ciencia que la posibilidad de transferencia del conocimiento es limitada, y sólo lo recibirán los que estén predispuestos, lo que contradice la aseveración teórica acerca de la dispersión cognocitiva por caminos horizontales creando redes/mallas de progresión geométrica. Dice finalmente la historiografía científica, que las generaciones y culturas nunca están abonadas de igual forma, y que sólo el esfuerzo de cada individuo lo hará partícipe de dicho conocimiento, pero para ello requerirá del impulso vital de todos sus coétaneos, y aún de los que fueron o de los que vendrán.
A mi ese "...pero parece que los arcanos no descubiertos y las deudas no saldadas de tantas vidas pasadas y aun futuras están condicionando la zona de consciencia que hoy, en forma genética y ambigua, determina lo que se ha convenido en denominar realidad presente"., pues a mi ese "pero..." me parece que es como una LOSA, como la tapa del ataúd, porque nos está indicando que debemos una barbaridad, tanto que ni se menciona, está hablando de que de todo lo que deberiamos estar utilizando, de esas posibilidades con las que nacemos y no usamos, pues que todo "ello" junto con las "deudas" no saldadas, y yo me pregunto ¿que son esas deudas?....lo dicho, una losa.
Tengo, casi como una constante, la sensación de que cada uno de los habitantes del planeta pensamos que, a diferencia de esa otra humanidad anterior al cataclismo de que diferentes culturas cuentan y hablan, somos los agraciados con la misión de cumplir todos los designios divinos y desvelar todos los arcanos.
Es como si viviésemos instalados en el convencimiento de que hemos sido tocados en la frente con el don del ya nunca jamás retroceder; como si, haciendo una comparación con el juego de la oca, ya nunca más fuésemos a caer ― no nosotros, aquellos tan ensoberbecidos que quisieron medirse con los dioses eran otra cosa ― en la cárcel o en el laberinto o en el pozo.
Hoy, leyendo los nuevos comentarios del blog, he recordado algunos versículos del Génesis que he acudido a releer y que dicen, el 7 del capítulo 6º, “Y dijo Jehová: Raeré los hombres que he criado de sobre la faz de la tierra, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo: porque me arrepiento de haberlos hecho” y, en el capítulo 9º, versículo 9 y posteriores, repite varias veces “yo establezco mi pacto con vosotros”.
Me pregunto si ese raer los hombres de sobre la faz de la tierra es algo que ya pasó, algo ya superado; y si de verdad está Dios tan contento con los que vivimos ahora mismo, con nuestra civilización como para habernos concedido el honor de ser con “nosotros” con quien establece su pacto; y si es que somos ya el Adán del sexto día ― que no sé por qué pero me temo que no ― porque, si somos el del tercer día, estamos, a la vista del panorama que el mundo ofrece, muy lejos de merecer tal dignidad.
Y me ha venido también a la cabeza la palabra “tribu” y he recordado que alguien aludía a ella en algún comentario pasado, de manera que he recorrido el blog y ahí estaba, el comentario que Caminante hacía día 9 de noviembre al punto 1.2, que he vuelto a releer y, de forma bastante difusa, algunas palabras sueltas de algún otro comentario que no lograba centrar ni de cuándo ni de quién; cuando al fin he dado con él ha venido a coincidir que también era de Caminante, del día 14 de noviembre, y que las palabras que recordaba están en la primera parte de su comentario.
Vamos, que si no fuera porque me nutro de los comentarios de unos y de otros, yo, solita y de mi propia cosecha, no llegaría más allá de observaciones tan insignificantes como la que hice de la errata… que lo mismo ni lo es y no he alcanzado siquiera a comprender el texto y darme cuenta (por más vueltas que le he dado) de que la palabra que figura es correcta.
Creo que con lo único que me he aclarado un poco es con lo de “lo que se ha convenido en denominar realidad presente”; lo que me hace suponer que es que es fácil.
En fin, que se tienen días…
Tal vez la mezcla alquímica de un gigante, una diosa serpiente, un titán y un hombre justo, introdujeran la antigua sabiduría en un arca para legarla a una nueva humanidad. Cuando cesa el cataclismo, cuando cesa la lluvia, en ese arca, en ese reducto va a preservarse el conocimiento, los arcanos que, con el devenir del tiempo y el trabajo del hombre en sí mismo, irán demostrando su contenido.
Todos estos seres eran portadores del conocimiento, el gigante, el Jacques, la diosa serpiente, símbolo de la sabiduría, el titán comprometido con el desarrollo del nuevo hombre, Noé, el hombre justo que viene mas allá del agua. Entre los saberes que legaron y que quedaron en la profundidad de nuestras aguas, sellados en nuestras células, será tal vez el compromiso, la alianza de Dios con el hombre, el más determinante.
Al terminar la travesía por las aguas de tierra y cielo, la nave de Noé - como nave Argos fuera de tiempo y espacio desde el principio de todas las humanidades - verá como "el hombre justo" va a sellar su alianza con Dios. Y será el arco iris, arco de Iris, la mensajera de los dioses, el símbolo de esa alianza. Es el arco que plasma y materializa la curva del pranayama, biorritmo de respiración que va a posibilitar la apertura de nuestros arcanos: de nuestra evolución.
Pues como Beucis esté en lo cierto ― y no parece hablar… escribir a tontas y a locas ― salimos a cientos de miles de millones de diluvios por persona. Eso sí, que podemos ponernos contentos porque también tenemos todos muchísimas arcas; pero poco (“contentos”, digo) porque abrir tanta arca…
Pero casi mejor así que no una de esas grandes catástrofes muy espectaculares y con mucho aparato, en plan Hollywood. Que cuando suceden los que sobreviven lloran, sí, y sufren; pero luego entierran a los muertos, y vuelven a construir con los escombros algo muy parecido a lo que había sobre los cimientos viejos. Y todo sigue más o menos como estaba.
… o a lo mejor muy contentos, cuando encontremos todo lo que guardan.
A Beucis:
En referencia a tu comentario del día 16.
Lo leí a primera hora de la mañana del día 17, cuando estaba siendo el último publicado hasta el momento. Me gusta, cuando algo me llama mucho, mucho la atención, escribir en torno a qué me sugiere. Así que estuve horas emborronando papeles (el equivalente, claro, de lo que en el ordenador son “papeles”) sin lograr redactar nada que estuviese a la altura de qué quería expresar.
Me ocurre, con los textos del Sr. Pérez de Carrera, que nunca jamás me siento capaz de hacer comentario alguno. Para comentar un poquito en condiciones necesito apoyarme en textos de quienes se mueven ― o me creo yo que se mueven, aun con todas las diferencias que pueda haber y estará habiendo siempre de unas personas a otras ― dentro de mis mismos o aproximados parámetros.
Pero los textos del Sr. Pérez de Carrera me sobrepasan; sé que nunca podría hacer un comentario que estuviese a la altura ni aun de lejos y renuncio, directamente, a intentarlo.
Hoy, ayer ya, me ha pasado eso mismo con el comentario tuyo; pero me empeciné, terca de mí, en escribir algo.
Y por eso emborroné papeles.
Cuando vi que no había forma ni manera dije “vale; lo expresaré de forma muy sencilla y ya está”.
Ahora, hace un rato, al ver lo que escribí ya publicado, me asalta la preocupación de que… bueno, que es tonto, frívolo, y que sin quererlo puedo haberte molestado.
Siempre, desde niña, tuve una idea, una imagen muy fílmica del diluvio; de ahí lo de “en plan Hollywood”. Ha sido hoy, al leer tu comentario, cuando por primera vez me he dado cuenta de que el diluvio, y lo que implica, y lo que representa, es otra cosa muy distinta...
Podía haber escrito esto desde el principio, ¿verdad?; y evitarme el anterior que no me ha gustado.
Aunque no estoy segura de, esta vez sí (o esta vez tampoco), haberme explicado ni medianamente bien.
Manolo comenta: “....la Ciencia habla de la existencia de seres humanos desde hace más de dos millones de años sin apenas cambios en su vida y, “de repente”, desde hace quizás unos 100.000 años surgió el leguaje, el arte, la tecnología, la agricultura, la escritura. Esta “eclosión” sigue siendo un misterio”.
Mis comentarios: Según leyendas, mitos, tradiciones, ciertas revelaciones, o una mezcla de todo ello, hace justamente 100.000 años llegaron a la Tierra seres procedentes de un planeta del grupo estelar de las Siete Hermanas. Estos seres, de aspecto físico muy parecido al nuestro, pero de un nivel evolutivo muy superior, impulsados por un acto de amor, se mezclaron con los humanos propiciando un gran salto en el nivel de consciencia de estos últimos. Podríamos decir que esta mezcla dio lugar al nacimiento de la raza humana actual. Y a la subsiguiente y misteriosa “eclosión” que cita Manolo.
¿Se refería la Biblia a esta visita, cuando en el Génesis dice que “los hijos de Dios se unieron con las hijas de los hombres y les engendraron hijos”?
Del imponente texto del autor, que de esta frase solo daría lugar a todo un compendio de naturaleza e historia de la raza humana, entresaco un aspecto que es el que más revelador y sugerente me resulta.
La idea del pulso de los arcanos no abiertos, pugnando en la consciencia individual por ser abiertos, dota a la visión del hombre de un sentido de "destino", que me explica maravillosamente muchos de los fenómenos psíquicos internos y externos que le acaecen.
Si la evidencia de la metamorfosis, es por si misma una forma de entenderse desde lo contrario a la estaticidad, y ataca directamente al muy actual sentido ególatrico en los denodados esfuerzos por justificar y escenificar la pasividad reinante, la constatación de "energías" arcánicas que operan en el subsconsciente individual y colectivo en su vertiente de pulso que empuja a su manifestación, como de corriente que apunta a la Realización, me suponen la legitimación de percepciones personales que ahondan, no solo en los anhelos íntimos de trascendencia, sino en las crisálidas oníricas de mi vida en el baile con el tiempo, iniciado en la consciencia individual desde el vértigo del punto original, mientras juega irreverentemente por decidir entre perpetuarlo o culminarlo en una eternidad doblemente extasiante y terrorífica.
¿Y cuando llegará el valiente, que más allá de erudiciones y averiguaciones, se atreve a bailar desnudo en el vacío uterino de un cosmos por descubrir?
La teoría de los 100.000 años que circula ahora por aquí -y otras veces por allá- no tiene por ahora evidencia contrastada en relación a la serie de rastros confirmados, con sus saltos de ida y vuelta, de la prosecución evolutiva.¿O serán, como explican algunos, errores garrafales de los investigadores desde el siglo XVIII, y hasta desde el XV? Me cuesta asumir que tal empeño en averiguar y retratar evidencias sea obra perversa del maléfico, desviación contra natura, equivocación humana no auxiliada por la gracia divina, ni soplada al oído interior. Aunque también me gustaría llegar a tener datos, certezas, incluso percepciones, que expliciten lo contrario sin tener que creerlo por acto de fé, dado que esa sí sería historia divertida, además de posible e interesante donde las haya. Decía al respecto un amigo mío, investigador en estos asuntillos del origen de las cosas terrestres en un reconocido centro ad-hoc, que todas las posibilidades de interacción estelar con nuestra realidad no sólo eran posibles sino reales, y además tan ciertas como el hielo de la Luna recién descubierto. Decía que tanto es así que no hace falta ni explicarlo. De ahí que en la memoria genética de los elementos que nos han conformado perviva tal argumento cierto. Somos tan estelares como el posible ser de cualquier galaxia, o los materiales constructivos de todas ellas juntas. Y desde allí, acepto todo ese mundo de posibilidades desveladoras que el bloggero Manolo y compañía quieran asignarle en previsión de un futuro revelador al que estamos abocados. Ahora, esto de la paternalidad extraterrestre desarrollada parece metáfora no sólo hollywoodense sino poco imaginativa, aunque perviva en casi todas las culturas. El mito del ser sobre-natural, porque no es como nosotros, ni viene del mismo lado, y parece más alto y más listo, no sé si para bien o desgracia nuestra -como dirían los amerindios- ya figura, es cierto, en todas las civilizaciones -e incluso en las que no llegaron a serlo o duraron un suspiro galáctico- desde tiempos remotos, hasta que el mundo conocido ha llegado a ser más grande que el desconocido (terrestre, claro), y así ya casi no tenemos a nadie a quién colgarle la responsabilidad, si exceptuamos, por ahora y en términos coloquiales, a Barak Obama, o a cualquiera de los navegantes de OVNI's avistados (¿o, cómo insisten los americanos, serán todos malos y extremely dangerouses?). Y así/aquí seguimos esperando que, de verdad, venga alguien más listo, más sabio, más bueno, más íntegro, etc, a desvelarnos como y por qué ha conseguido serlo, mesias incluídos, y que nos lo explique. Y hay muchos que no nos enteramos, o no queremos. Sí es verdad que el conocikmiento hermético, mistérico, oculto o iniciático, tiene aún mucho que revelarnos, tanto como lo por ahora no accesible de nuestra propia arquitectura cósmica, no menos cierto es que el hombre avanzado de nuestra cultura estelar doméstica, va poco a poco resolviéndolo con pasos bien argumentados a los que todos podemos acceder. Y no quiero aburriros, ni pasarme de listo, y mucho menos achicar espacios ininteligibles, pero conocí cierta vez un extraordinario personaje en un pueblo navarro de praderas trigadas vecino a Muez. Pastor transhumante desde casi niño, solitario intérprete de la naturaleza, escuchador de la sabiduría ancestral de sus antepasados así como del transistor, léctor empedernido y meditador de "El Caso", que habiendo adquirido fiebres de malta, tuvo que permanecer postrado, desde los veintiocho años, el resto de su larga vida. Desde su cama, cuya imagen, junto a la de su casa, parecía escapada de los frescos de Giotto sobre la vida de San Francisco, era capaz no sólo de "recordar" el mundo externo no visitado nunca, sino de "conocer" profundamente el alma de sus contínuos visitantes sólo con verlos. Le llamaban El hombre Santo de Riezu.
Esta Humanidad, la Humanidad anterior…lo de valor salvaguardado en un arca…arcano…arte…artilugio Art-i-Lug(Dios)-Io, herramienta, Io soy la herramienta, el instrumento del/los Dios/es para constituir-crear esta Humanidad.
Dentro de mí se van creando cuerpos de fantasías.
Aún no soy hombre versus mujer, si me “re-creo” quizá podamos TODOS llegar a ser Humanos.
No quizá…podemos, puedo…
La humanidad anterior, sin arca, sin arcanos, era una, ésta en la que estoy es otra.
¿De nuevo otra expulsión del Paraíso?
¿Cuántas nos faltan?
El texto de referencia, lo intuyo tan potente y rotundo que me produce cierto pudor comentar sobre él. Pero bueno, asumiendo mi desconocimiento y apoyándome en la intuición y capacidad de análisis que pueda tener, ejerzo el compromiso de participar en este blog.
Se habla de leyendas, a las que están asociados personajes mitológicos según las distintas culturas que han existido en diferentes partes de la Tierra. Parece claro, que estas figuras no son mitos, sino personas de carne y hueso poseedoras de un conocimiento profundo que han existido en todos los momentos de la humanidad, y que son guardianes de conservar el conocimiento todavía no adquirido por la generalidad de sus contemporáneos, y con capacidad de revelar en el momento oportuno estos arcanos.
En cuanto a los arcanos no descubiertos, es decir la falta de conocimiento ó desconocimiento y las deudas no saldadas que lo entiendo como ausencia de redención, conforman el grado de desarrollo limitado de la consciencia. Transformar esta realidad presente, desarrollando la capacidad intrínseca que posee el hombre sería acercarse a su destino.
Intuyo que el hombre al nacer, dispone de una capacidad de crecimiento y aprendizaje, que si la desarrollara plenamente descubriendo los 49 arcanos que parecen existir (curiosamente como los 49 del título del libro que comentamos) sería a mi entender, como un "dios" materializándose así la alianza del hombre con Dios. Por otra parte, del contenido del arca parece ser que a esta humanidad, únicamente le han sido revelados una mínima parte de estos arcanos. Y en este punto, me aslta la pregunta siguiente: si el hombre tiene una potencialidad de desarrollarse plenamente descubriendo los arcanos sembrados en sus células, y sin embargo para poder leer la nueva página del libro del que tiene herramientas para hacerlo, sólo se puede realizar si el hombre justo te abre la pagina del libro, ¿existe la posibilidad que a través de un trabajo evolutivo personal, se pueda acceder a la fiesta de los nuevos cantos?.
Estamos en el tercer Adán y hay que llegar al sexto, según la Biblia, que es el libro sagrado sobre el que estamos basando el crecimiento en esta Humanidad. Por cierto Blavatsky cree que estamos en la quinta raza, pero cuenta dos que no eran muy sólidas, sino más bien etéreas.
Y es muy fácil, cuando UNO se lo haya trabajado ya, y ya ha pasado por ahí, decir ea! si yo en cinco minutos pasé por todo eso. Vale, a mi me cuesta lo que a tí cinco minutos tres años.
Y no es fácil decirse: Io soy la herramienta de los dioses para constituir/crear esta Humanidad.
No es fácil.
Hay que trabajar y mucho.
Y tenemos muchos dragones a los que vencer.
Y concienciarte (con-ciencia-y-arte).
De que eres.
A pesar de todo.
Bueno, me hace pensar este nuevo texto que el mensaje completo y sellado en toda su amplitud está recogido por cada uno de nosotros de una manera potencial; que para acceder a ese conocimiento que hoy día nos está vetado, hará falta partir de los logros ya obtenidos —véase los arcanos revelados— y, mediante un desarrollo personalizado y de forma consciente, asomar la cabeza a otras realidades más ricas, con otra dimensión; que mientras no se realice un esfuerzo intencionado y con voluntad de transformación, no se logrará modificar «ese psiquismo común donde habitan los mismos sueños, los mismos temores y los mismos dioses y demonios» de la sociedad.
Quiero entender que la modificación de esos «usos y costumbres» que la sociedad alberga, abriría paulatinamente el paso, mediante el esfuerzo de quien pueda hacerlo, a esos arcanos que —entiendo— nos están esperando.
La tradición bíblica nos habla de que Dios quiso exterminar a todos los seres vivientes de la tierra, pero que accedió a que Noé salvara en su arca a una pareja de cada especie. Si esta historia tiene alguna verosimilitud no será en su interpretación literal, por simple cuestión de espacio. Si acaso, lo sería bajo otras fórmulas. Más creíble sería que se tratase de un arca con los genes de esas especies. De ellas y “de todo cuanto de valor existía”, como indica el autor del libro. Pero, ¿cómo se transmitiría el contenido de ese arca, sino por vía genética? Ahí me adhiero a la hipótesis que sugieren tanto Ulises como Beucis y otros, de que ese contenido genético bien pudiera estar guardado en nuestra propia genética, en nuestras células.
¿Y quiénes fueron los artífices de “insertar” esos “arcanos” en la genética de nuestra humanidad? Como Retama y Ulises sugieren, hizo falta que gente que sabía lo que hacía (quizás esos seres mitológicos que menciona el autor) se mezclaran genéticamente con nuestra humanidad. El Génesis lo relata en la Historia de Noé, cuando dice aquello de que “los hijos de Dios se unieron a las hijas de los hombres …”. ¿Quiénes eran aquellos “hijos de Dios”, distintos de los hombres? ¿Los “héroes de antaño”, como dice el Génesis? ¿Los seres mitológicos de que hablan todas las antiguas tradiciones? ¿Los “seres procedentes de un planeta del grupo estelar de las Siete Hermanas”, como dice Ulises? Puede ser. Pero si se trató de otra humanidad, de otra raza, como dice Blavatsky y su escuela teosófica, su aspecto no tenía por qué ser como el nuestro. Coincido en ello con el comentario de “Yo misma”. No creo, para nada, que lo que nos hace seres humanos resida en nuestro aspecto físico. Pudieron (y pueden) existir seres humanos con un aspecto muy distinto del nuestro.
Cuando se pone tanto empeño en transmitir genéticamente unos valores tan especiales, parece lógico suponer que también se pensara en alguna forma de cuidar de ellos, de velar porque esos valores fueran siendo descubiertos, activados, adecuadamente. Eso me lleva a especular con la existencia, a lo largo de toda nuestra Historia, de personas especiales dedicadas a ello. De algo así como “tutores” de nuestro desarrollo. (Por cierto, ¿tendrían estos personajes algo que ver con el origen de la famosa “sangre azul” que luego se apropiaron las antiguas familias reales?). Todo esto sin perjuicio, claro está, de que el papel principal en ese desarrollo, en ese despertar paulatino de nuestras capacidades latentes, nos haya correspondido a los humanos actuales, a nivel colectivo y a nivel individual. En este punto, tengo una impresión parecida a lo que describe Eolo en su comentario. Serían esos arcanos aún no descubiertos los que nos estarían presionando a avanzar, a buscar nuevos horizontes en nuestra propia realidad cotidiana, los que estarían detrás de esa permanente insatisfacción con la vida que llevamos.
Todo esto me lleva a pensar que en los usos y costumbres de nuestra sociedad actual, empapada de los valores democráticos que hacen de la igualdad y de la voluntad colectiva de decisión principios “sagrados”, se nos quiere hacer creer que “no hay más cera que la que arde” y que los nuevos descubrimientos sobre la realidad desconocida solo pueden venir de la mano de las autoridades, del mundo académico y de sus premios Nobel; en definitiva, de los estamentos e instituciones oficiales. Pues bien, yo no lo creo así. Aquí es fundamental romper con todo tipo de “pensamiento único” y generalizar la “libertad de cátedra” a todas las personas. Creo que es fundamental que cada uno se las apañe y se convierta en el aventurero de su propio pensamiento (¡qué apropiado el nombre de este blog!), en explorador de su propia existencia. Y si los descubrimientos que haga cada uno los pudiera compartir para que a los demás se nos enciendan más luces, mejor. Y muchas gracias.
Abro esta nueva excégesis de un párrafo del excelente libro del Sr. Carreras, y casi me despisto creyendo que estoy en un blogg/web sobre posibles historias de simulación para juegos de consola, con su pléyade aventurera de héroes, dioses y semidioses idealizados en una fantástica mitología genética. "Y en el principio era....", lo que por definición permanecía oculto al hombre, es decir el largo instante cosmogónico de su propia creación, ahora tiene múltiples desvelaciones, quimeras, fábulas y tal vez especulaciones, no sólo cosmogónicas sino también ontogénicas, el universo y todos los seres en el creados y acogidos. Ya lo dijo Lichtemberg en tiempos de la pre ilustración: "Me pregunto si podríamos comprender a un ser superior que intentara explicarnos los orígenes del mundo. Bien podría suceder que, fuera de nuestra razón, no existiera nada parecido a nuestra idea del origen, en cuanto se aplica, no a la relación de unas cosas con otras, sino a las cosaas mismas"
Como ya se sabe, cada cultura, cada pueblo histórico,tiene su propia versión del evento creativo, y en muchas ocasiones, todas confluyen hacia las mismas creencias formales convertidas en mitologías, es decir,aquello que algunos opinana que la humanidad ha inventado para dejar atrás las miserias terrenales, y así poder explicar lo inexplicable. O aquello que aún siendo externo a nosotros, no sea sino imagen o reflejo de nosotros mismos.
Sé también que la Ciencia es por ahora incapaz de explicar estos argumentos fundamentales de quien somos y de donde venimos, o para qué, sin que deje de haber algun rastro oscuro en la memoria colectiva que nos aporte pistas al respecto. Pero de ahí a la creación de una magna para-ciencia de interpretación de las leyendas hay un cierto trecho. Y además ¿cuál de ellas? ¿Las cristianas, las hindués, las judías, las fenicias, las maoriés, las asirio/caldeas, las incas, las mayas, etc, o una suma interpolada de todas ellas?
Hay días que pesan las faenas y los afanes, que pesan los pasos que uno da sin mucho acertar. Son pisadas pesadas que cargan también el pasado . … Y en esos días uno parece querer encontrarse cuanto antes con la noche, para que el sueño llegue y con él ese lugar incierto y desconocido en el que sin saber cómo uno renueva ansias de vivir y alivia pesares.
Desde siempre el hombre ha recurrido a los dioses, o al dios de su credo, para solicitar amparo. Y, depositando esperanzas para un mejor futuro, pedíaseles, a ser posible, que se concediera felicidad eterna en paraísos del más allá. …Pero no parece de mucho acierto pasarse la vida “echando balones fuera” a la vez que se implora.
Dicen las leyendas que en los hombres se han depositado desconocidas y misteriosas expectativas evolutivas …Y parece también que nunca estuvieron huérfanos de reyes y de sabios, que trazaron estelas y propiciaron gobiernos para que los rudos hombres aprendiesen a entenderse y a gobernarse, a quererse y a amarse.
…. Cuenta una muy vieja leyenda Bereber que hubo antaño un sabio rey, el más antiguo del que se tiene memoria, que se llamaba Yedad u ben Ad. Rey soberano de los yins y de los hombres que gobernó con acierto y bondad.
Cuéntase que sentado en su trono de oro y apoyado en su bastón de mando impartía justicia e infundía esperanzas. Permaneció así durante mucho tiempo, y tal era la confianza depositada en su rey, que nadie se percató de su muerte. Él seguía presente, y todos sus subditos se sentían bendecidos.
Así permaneció durante años y años, hasta que un día el bastón se desmoronó carcomido por el paso del tiempo, y con él también el rey. Fue entonces cuando los yins y los hombres, al percatarse de lo sucedido, huyeron y abandonaron aquella bien avenida ciudad. Ésta, en poco tiempo, quedó sepultada por las arenas.
Con el tiempo, el recuerdo de la mítica ciudad quedó en el olvido, como si se hubiera borrado de la memoria de los hombres. Pero un día, otro sabio rey, Salomón, supo de esta leyenda, y queriendo conocer su lugar, cuentan que convocó a sus consejeros, a los yins y a los pájaros, y que solamente el águila, vieja reina de los aires, supo decirle dónde se hallaba. Hasta allí se traslado el rey sabio, y cuando hubo llegado un fuerte viento sopló mostrándole la entrada de palacio… …después Salomón regresó a Jerusalen, y otra vez los vientos soplaron y las arenas volvieron a ocultar la ciudad del rey Yedad.
Hay referentes olvidados pero no perdidos, y amores ignorados por no sentirlos. Pero cada amanecer Iris cabalga de nuevo sobre el arco de los siete colores, lanzando mensajes que disipen tu niebla.
Goyo, ¡¡¡qué bonito!!!
Al reflexionar sobre los comentarios que van apareciendo, podemos suscribir lo escrito por Manolo: como seres de esta humanidad hemos tenido acceso a posibilidades, arcanos, legados por antecesores con conocimientos superiores. En la medida que vamos teniendo capacidad suficiente, los vamos integrando a nuestra zona de consciencia, y lo hermético se va transparentando y lo ambiguo perfilándose cada vez más. ¿Dónde están las llaves? Se pregunta Anónima y nos preguntamos nosotros también. Creemos que en nuestra genética está grabado y sellado todo el conocimiento y el compromiso del pasado, nuestra responsabilidad de asumirlo y acrecentarlo para impulsarlo hacia el futuro, ""asomando la cabeza" como quiere Mandrágora a otras realidades más ricas, zonas tal vez durmientes y a las cuales tendremos que "acceder y utilizar adecuadamente desde la consciencia habitual", desde nuestra actual zona de consciencia "genética y ambigua" utilizada hasta el límite de lo posible, como instrumento válido y necesario. Y en esto coincido con Manolo, en la aceptación clara de que es un punto de apoyo para, desde nuestra voluntad inquieta y transcendente, disparar a un objetivo lejano, comprometido y ambicioso.
Parece lógico suponer que en la medida que vamos utilizando esa zona de nuestra consciencia, estamos modificándola y ampliando cada vez mas nuestras posibilidades, que se ven condicionadas por tener que saldar deudas del pasado y del futuro, deudas por lo que se hizo y por lo que se omitió. Este concepto difícil es asumible si reconocemos una energía común que, a modo de vehículo, nos envuelve y desde la cual nos hacemos responsables de todos nuestros actos. La Comunión de los Santos de que nos habla el cristianismo y el Prana su equivalente, sería ese vehículo. Jung le llama subconsciente colectivo, con menos alcance, con techo mas bajo, sin la transcendencia que implique al hombre mas allá de sus sueños y sus límites. Se trata pues de tomar impulso en nuestra realidad, en nuestros logros, y lanzar un disparo certero a nuestro destino desconocido para descubrirlo, asumirlo, integrarlo.
Efectivamente como dice Anónima y Manolo es un párrafo muy sugerente. A mi me sugiere un vinculo entre el mito y la genética en su amplio concepto, no solo el de herencia si no el de la evolución y el equilibrio biológico. Temo no acertar en los términos científicos pero para que haya luz se requiere que haya fotosíntesis o que para que haya mares se requiere una, casi milimétrica, cantidad de oxigeno, hidrogeno, etc.
La poesía, el arte, en fin todo aquello que el pensamiento surca ha “adivinado” los procesos biológicos, los desarrollos científicos y tecnológicos. Alguna pintora soñó las cadenas del ADN y el RNA que luego identificaron Crack y Watson. Algunos científicos han notado signos de la existencia de gigantes en zonas determinadas, de la profundidad de los mares, en donde se señalaba la Atlántida que anuncio Platón. Digo, que anuncio porque aún no se ha logrado desentrañar.
Toda esa humanidad antigua que lego la nueva, al decir de Manolo, todo esos arcanos, sin leer aún, parecen estar grabados en el “iris” de los tiempos y el autor me sugiere que nos aventuremos a conocerlos, a buscarlos.
Cada vez, al entrar en el blog, me encuentro con reflexiones de las que pienso “mira, eso a mí no se me había ocurrido” o con formas de plasmar alguna que se ocurrió alguna vez pero ahí, enfrente de mis ojos, está una forma nueva o desconocida para mí de expresarla y de hacerla llegar al que (yo, en este caso) se sorprende.
Una sensación que se está teniendo en un instante, con consciencia de que no se ha tenido antes, o no igual o no con los mismos matices, ¿no está siendo ya un pequeño hallazgo en esa búsqueda de lo que tanto nos afanamos por descubrir?
Otras veces me encuentro con algún dato, dato que desconocía en el inmenso maremágnum de datos que ignoro; pero el dato, todo lo que puede ser esclarecido consultando sobre cualquier tipo de soporte material, aunque sea un soporte que no esté a mi alcance ni a mi mano, me sorprende menos, la verdad, sin que deje por ello de apreciarlo.
Así me parece interesante la posibilidad de que seres llegados de lejos nos aportaran perfecciones de las que antes carecíamos, y capacidades en distintos órdenes como el desarrollo del lenguaje o del sentido del arte o los rudimentos para dar forma a lo que hoy es tecnología; pero me pregunto si, antes de esa eclosión de la que muchos habláis, los humanos que ya poblasen el planeta no estarían teniendo el mismo tipo de inquietudes, o inquietudes de índole equiparable aunque no expresada por falta de medios de que ahora se dispone, a las que nos acechan o sobrecogen o conmueven a los que estamos poblándolo ahora mismo.
Dice Anónimo “somos tan estelares como el posible ser de otra galaxia”; a mí me parece que eso es muy verdad y, sin embargo, siempre va en las personas no sé qué tipo de complejo que parece hacernos suponer que ― como cuando se viaja, por ejemplo ― a más distancia medible, en kilómetros o en años luz, más calidad en lo que vamos a encontrar o en lo que viene a encontrarnos.
Otras veces se me quedan en la mente, entresacadas no a voluntad sino sólo porque sí de la lectura, frases de aquí y de allá o incluso palabras aisladas que se ensamblan formando un mosaico que me muestra un paisaje, un dibujo, un párrafo, que nadie trazó ni dibujó ni nadie dijo pero que antes no era y ahora es.
Eolo pregunta cuándo llegará el valiente que más allá de erudiciones y averiguaciones se atreva a bailar desnudo en el vacio uterino de un cosmos por descubrir.
¿No somos todos un poco valientes y un poco cobardes sabiendo como sabemos aunque queramos mirar para otro lado que estamos desnudos ante nuestra propia indolencia o dejación a la hora (tan tentadora de ser dejada “para luego”) de ponernos a la tarea de descubrir ese cosmos?
Creo que todos, cada uno nos damos cuenta al hilo mismo del propio instante en que lo estamos viviendo cuál es puntualmente el dragón concreto que, como Yo misma dice, tenemos que vencer y que, para poder leer la página del libro del que tenemos herramientas para hacerlo de que habla Gaspar es desde luego muy necesario el hombre justo que te guie sobre ella, pero imprescindible que exista en cada cual la voluntad de leerla.
(Es continuación; salía un letrero diciendo que no cabía).
¿No es verdad que todos, sin que nadie desde fuera ni con palabras más sabias que las que cada cual no necesitamos ni pronunciar para saber qué significan tenemos pleno conocimiento a cada gesto, a cada acto, a cada pensamiento que se tercia a cada segundo de nuestra vida cuál es la forma de hacer o de pensar o de dejar de hacer o de rectificar un pensamiento que es la justa; la única que nos va a liberar del peso propio y de depositar deuda sobre todo lo que se ve privado de la perfección que podría tener aquello sobre lo que estamos negligiendo?
(El ordenador me protesta porque parece ser que el verbo “negligir” no existe; pero como se entiende la dejo. Y que patalee la Real Academia).
Me ha salido, la pregunta, así de un tirón y bastante… imposible; pero me estoy refiriendo al “desarrollo personalizado y de forma consciente” a que alude Mandrágora. Ese desarrollo no tan inaccesible desde el punto en que sabemos, al paso de nuestra realidad cotidiana que escribe Manolo en la que cada cual se las apaña como puede, cuál es el horizonte que estamos esquivando el explorar o en el que aventurarnos.
De Eneadene me quedo hoy con sus consideraciones de si podríamos comprender a un ser superior que intentara explicarnos el origen del mundo y de que bien podría suceder que fuera de nuestra razón no existiera nada parecido a nuestra idea del origen; y lo comparto porque creo que la razón humana es poca o corta para alcanzar la Razón absoluta, o del Absoluto, que se persigue y, de mi cosecha, que a veces en esa persecución se tiene tan la vista puesta en lo alto de la escalera que tenemos que subir que no se repara en que ahí, a nuestros pies, están los peldaños.
Y de Goyo con los “balones fuera a la vez que se implora”, esperando las más de las veces que las soluciones para nuestras vicisitudes y problemas lleguen desde un “fuera” que a lo mejor ni los causó ni está del todo desprovisto de su propia vicisitud ni de unas trabas debidas a que el que implora y tira fuera los balones las causó.
Y de Beucis con las deudas por lo que se hizo y por lo que se omitió. Y con la Comunión de los Santos y su equivalente el Prana…
Y de… de, de, de. De todos y cada uno algo aunque no en todo momento todo sea lo que llega más centro del “yo”.
Así que, otra vez como Manolo, doy las gracias, a todos.
Y al autor por haber escrito el libro.
Y a El Aventurero por haber tenido la venturosa idea de crear este blog.
Teorizar sin haber estudiado me resulta casi impertinente, sobre todo porque hay cosas que uno solo las siente y expresar éstas con palabras es casi imposible. Por eso quiero limitarme, por ahora, a darle las gracias a Goyo. Su relato y referencia final al arco iris me ha hecho sonreír. Hoy ya me siento mejor. Gracias Goyo. Me gusta mucho lo que escribes.
Me pregunto donde estarán ahora , en nuestra cultura, en nuestro día a día,los mitos, las leyendas, la utilización del símbolo como el lenguaje más apropiado para expresar lo que sentimos y percibimos más allá de la razón. Habláis del subconsciente colectivo, de los sueños, del prana y no dudo de que todo este material está habitándonos, pero no estamos aprovechando lo que nuestros antepasados en su experiencia terrenal, fueron destapando ... Si hasta te miran mal en la escuela cuando das importancia a los cuentos de hadas al entrar entran en conflicto con las actitudes consideradas como políticamente correctas.¡Que peligro los cuentos pedagógicos!
Para el hombre de la antigüedad el poeta era un vidente, un hombre que revelaba escondidas verdades, la metáfora y la comparación eran empleadas con fines profundos , la imagen era un símbolo que revelaba lo oculto y se utilizaba para sugerir luminosamente lo que le término intelectual preciso, adaptable sólo al pensamiento lógico y pragmático y a la expresión de lo físico y lo superficial, no podía de ningún modo manifestar. Hoy hablamos del hombre como un ser social, como animal racional, como un ser con capacidad de tener mente y metacognición, pero nos olvidamos muchas veces de su enorme capacidad simbólica, de su capacidad de proyección
El poder del símbolo rompe nuestro pensamiento habitual al mostrar distintos niveles de realidad y abrir su contenido en varias direcciones al mismo tiempo. Puede que incluso vaya revelando sus diferentes dimensiones a lo largo de la historia de la humanidad que los contempla. Así, pudiera ser que, gigantes, titanes, serpientes y hombres justos estuvieran explicando desde la evolución de nuestro universo ( desde el vacío cuántico a la aparición de átomo, las moléculas, los organismos , los seres humanos ) hasta el proceso histórico de la aparición de la mente y la consciencia. No soy nada ducha en la materia, pero es conocida la gran simpatía que hoy se produce entre la nueva física y las antiguas culturas orientales en su manera de explicar el mundo. El libro del Tao de la Física y el de La danza de los maestros de Wu Li es un ejemplo de lo que quiero decir.
Con todo esto lo que quiero es revindicar que se aborden las múltiples respuestas a las preguntas fundamentales que se hace el ser humano - de dónde venimos, quienes somos, por qué estamos aquí, donde estamos y adónde vamos- desde todos los lenguajes al mismo tiempo ( analíticos y analógicos, mántricos, múdricos y mandálicos...) Sólo así nos será más fácil identificar y activar esos arcanos no desarrollados y esas deudas que están condicionando el desarrollo de nuestra consciencia actual.
Si como Beucis afirma, el hombre justo, esta humanidad, va a sellar su alianza con Dios, y la curva del pranayama, el Arco Iris, es su herramienta de evolución, podemos considerar la enfermedad, la duda, la pereza,el deseo, la incomunicación, el fracaso, la inestabilidad como deudas puesto que no somos capaces todavía de dar a nuestro complejo funcionamiento la transparencia suficiente para que las virtudes alumbren otras posibilidades. Pero mientras tanto, el alma se proyecta a través de todas ellas y aprender a leerlas, a traducir los mensajes que encierran y valorar la oportunidad que suponen para resolver lo que quede pendiente en nuestra vida y en nuestro colectivo, me parece fundamental y mucho más interesante que considerar esas deudas como losas.
Como decía una amiga, si consideramos que somos un verdadero milagro de la vida, aunque sea sólo por advertir la cantidad de gente que ha tenido que encontrarse y amarse, nacer y morir, para que nosotros estemos aquí, quizás podamos empezar a reconciliarnos con todo lo que tuvo que ser, y con todo lo que no pudo ser, para empezar a dejar de lado los referentes de seguridad ya conocidos, utilizar al máximo las capacidades que cada uno tiene, y atraer así las venideras, que ya existen y que, con solo mirarlas, pueden empezar su latencia... Al menos, eso creo.
Yahveh le dice a Noé que construya un arca con madera de Gopher, de unas determinadas medidas, tres pisos de altura, ¿estarían relacionados estos tres pisos, con los tres planos, Físico, Astral y Mental … de los que se hablan en el libro que nos ocupa?
¿También perecieron los Nefilim? Génesis 6.4 Los nefilim existían en la tierra por aquel entonces (y también después), cuando los hijos de Dios se unían a las hijas de los hombres y
ellas les daban hijos … , Está claro que se salvo más gente además de Noé y familia.
Yahveh provoca un diluvio para limpiar aniquilar al ser humano y lo hace con agua = memoria.
“ Y yo, he aquí que yo traigo un diluvio de aguas sobre la tierra, para destruir toda carne en que haya espíritu de vida debajo del cielo; todo lo que hay en la tierra morirá ”.
(creación del 1º de los Adanes, entre la creación de el cielo y la tierra) ¿Se puede enlazar esto con el Adán del 6º día más evolucionado? . Como si quisiera que desapareciese el Adán del 3º día.
Génesis 8.20, Después del diluvio … Noé construyó un altar a Yahveh, y tomando de todos los animales puros y de todas las aves puras, ofreció holocaustos en el altar.
¿Cómo es posible que sacrifique a animales que anteriormente salvo del diluvio?, (dejarían de existir).
También aquí, como a Adan y a Eva, Yahveh invita a Noé y familia a… (Génesis 9.7) Vosotros, pues, sed fecundos y multiplicaos; pululad en la tierra y dominad en ella.» (esto último, depende que Biblia).
Parece que la historia del Arca va por otros derroteros.
Abrazos
Dice en su bello relato Goyo que al amanecer vuelve Iris a alejar las nubes, las sombras. Dice la mitología que Iris personifica el Arco Iris que anuncia el pacto de los humanos y los Dioses. Y la ciencia llama Iris a la zona coloreada del ojo. Todo este despertar que interpreto en el autor. Todo ese cumulo de sueños apagados que algún día se encenderán. Como dice Ulises, esos signos grabados en el ADN.
Aquella geométrica arca que navego a través de la tormenta, que verdeo en el silencio del amanecer. Permanece ahí, sin ser del todo desatada, en la orilla para que poco a poco el hombre la libere y se libere en ella. Y entonces aquel bastón del rey no será tiempo si no lumbre.
Yo me planteo que el hombre hoy en día está como un poco dormido, y el notar ello, y considerarme lo suficientemente despierta como para poder trabajar en como tu, Ana, bien dices "traducir los mensajes y valorar la oportunidad que suponen para resolver lo que quede pendiente en nuestra vida y en nuestro colectivo" pues me lleva a una responsabilidad que he dado en llamar, en mi comentario anterior, losas, pero intentaré como bien nos dice Beucis "lanzar un disparo certero a mi destino desconocido para descubrirlo, asumirlo, integrarlo".
Y verás, considero que cuando el Autor habla de las deudas que dejarán los que nos sigan, o las que dejaron los ya muertos,..... y no nos habla de las nuestras o las que dejaremos si no logramos aventurarnos con nuestra arka y llegar a por lo menos vislumbrar algun arkano que otro.
Pues ahí es cuando sin ningún pesimismo, o así lo noto yo, que no sé como lo plasmo con el lenguaje, porque sé que soy bastante seca y escueta, pues como te decía, ahí es cuando veo una losa, y además que nos atañe porque hemos convenido en llamar realidad presente a este cúmulo de desaciertos y en el que estamos decimos que es el primer mundo. Ja. Pero si solo con los que nos cae por persona que muere de hambre, con los niños que quieren nacer y no pueden, porque los abortamos, con el destrozo que hacemos del planeta que habitamos, con todo eso, si te das cuenta sólo de una mínima parte de ello y quieres ayudar a que todo funcione, y físicamente imposible y mentalmente descorazonador, pues no sería una losa sería toda la catedral que se viene encima.
Porque de lo que se trata es de purificarse uno lo suficiente para trabajar para todos, y a veces somos tantos y cuantos tan dormiditos......
Tampoco es Paréntesis Ulises; pero Paréntesis ha considerado que con este comentario suyo del 15 de noviembre de 2009 13:35 puede concordar lo hoy (en el punto correspondiente) se ha abordado.
La señorita Marcela tenía un carácter horrible y era además muy localista — algo más o menos parecido a lo que en la actualidad ustedes llaman “nacionalista” — y detestaba todo lo que pudiera tener que ver con mahoríes o taraumaras o gentes de lejos y de razas y lenguas raras que a ella se le antojaban especie de salvajes con costumbres seguramente muy, pero que muy reprobables. Así que en clase ella nunca nos contaba ni nos leía ese tipo de historias pero, un día, una niña a la que vamos a llamar — como puede verse más arriba y para evitar, pobrecilla, que se gane una bronca — Voz Anónima, trajo unos documentos que dijo que debían de ser muy antiguos porque los había encontrado un tío suyo que era explorador entre unas tibias; y nos los estuvo leyendo en voz alta en el recreo…
¿Voz "Anómima"?
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